Holy shit! Serie fotográfica

"ÁGUEDA ii"

Cianotipia

26.5 cm x 19.5 cm

« Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser... Lo que es sagrado para él no es sino la ilusión, pero aquello que es profano es la verdad. Más aún, lo sagrado se engrandece a sus ojos a medida que decrece la verdad y que la ilusión crece, tanto y tan bien que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado. »

Ludwing Feuerbach

Por medio de iconografía católica ironizo la relación que el humano contemporáneo de “clase media” guarda con sus dispositivos inteligentes. Distintas técnicas fotográficas así como collage digital, dibujo e intervención de negativos da cuerpo a una serie de “santos” contemporáneos.

 

Guy Debord nos habla del espectáculo como instrumento de unificación, que ocupa el lugar de la vida pero le quita el carácter de la vivencia como tal y pasa ésta a ser sólo espectada desde un rol pasivo. En un contexto de mercado exacerbado, incluso la personalidad es objeto de consumo. Cuerpos hipersexuados, así como la imposición de un cierto tipo de relación sentimental/sexual, un determinado modo de vida que las más de las veces no puede ser alcanzado por los consumidores habituales permea nuestro cotidiano en productos de imagen fija y en movimiento.

Mujer con tableta

Cianotipia y goma bicromatada.

26 cm x 19.5 cm

Mujer con tableta II

Plata gelatina

7.2 cm x 5 cm

 

Éxtasis

Plata gelatina

7.2 cm x 5 cm

Conexión

Cianotipia

21.5 cm x 28 cm

Piedad II

Cianotipia sobre manta.

27.5 cm x 21.5 cm

Corazón

Van Dyke brown

27.8 cm x 18.5

Sagrado

Plata gelatina

5 cm x 5.2 cm

Asombro

Plata gelatina

6.2 x 9.6 cm

Lucía ii

Van Dyke brown
24.5 cm x 18 cm

Águeda III

Goma bicromatada, lápices de color y tnta dorada.

31.5 cm x 22 cm


En este contexto, es fácil observar cómo dentro de la virtualidad del internet y las redes sociales existe la posibilidad (gracias a la masificación de los dispositivos “inteligentes”), de que cada individuo se genere una personalidad “alterna”, que sin embargo, sigue permeada por el espectáculo. Se es individuo, sí, pero homogeneizado.

Es por ello que me interesa generar imágenes que evidencian esta nueva devoción por la imagen, por la conectividad virtual que desconecta del propio espacio contextual en que se vive con el cuerpo.

Retomo la iconografía propia de los santos católicos para construir un nuevo sentido, donde lo sagrado no es ya la inmutabilidad y unicidad del santo, sino la multiplicidad y variación de las nuevas imágenes de culto, imágenes que millones de usuarios suben a diario a la red. Avatares embellecidos de sí mismos. La devoción es ahora por la imagen propia, por la vida digital que compartimos, esa donde se puede ser quien se quiera.

Esta serie se encuentra en construcción y planeo añadir piezas que parten de la fotografía y se complementan con la pintura al óleo y acuarela, así como algunas tomas digitales.